Día del Misionero Diocesano 2017

Cerca del aniversario del marti­rio de Vicente Hondarza, este año en que él hubiera celebrado sus «Bo­das de Oro sacerdotales», nosotros dirigimos una mirada cariñosa, admirada y agradecida a nuestros misioneros diocesanos. Un cente­nar largo de sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares nacidos en nuestros pueblos, bautizados en nuestras parroquias, donde han recibido y madurado su fe, y que ahora se encuentran repartidos por todo el mundo proclamando la Bue­na Noticia y construyendo el Reino de Dios.

Es esta una celebración muy nuestra. Sin perder de vista la uni­versalidad de nuestra preocupación misionera, con la que contribuimos en las grandes campañas organiza­das por Obras Misionales Pontifi­cias, queremos que nuestros misio­neros sepan que seguimos de cerca sus trabajos, que les acompañamos con nuestra oración, y apoyamos sus proyectos evangelizadores y humanitarios. Ellos se sienten así misioneros diocesanos de Ciudad Real, y nosotros nos sentimos com­prometidos con ellos, y a través de ellos vamos dando cumplimiento al mandato del Señor: «Id por todo el mundo», que nos afecta a todos los bautizados, discípulos misioneros.

Por Damián Díaz Ortiz